Chile a Escala 2023

Una mirada ciudadana al país que viene

  • Conocer las expectativas de más de 8 mil personas sobre el momento actual de Chile y su proyección de futuro.

  • 6 hallazgos transversales.

    Implicancias y reflexiones a partir de los hallazgos

  • 350 participantes de Chile a Escala 2023.

    7600 participantes en la consulta digital.

  • Los diálogos se realizaron durante el mes de noviembre de 2023 mientras que la consulta ciudadana digital fue realizada el 1, 2 y 3 de diciembre.

¿Qué es?

Chile a Escala es un proceso participativo que busca registrar y representar de la forma más rigurosa posible lo que ocurriría si todo Chile y su diversidad fueran parte de una gran conversación sobre el país y sus desafíos. Este año realizamos Chile a Escala 2023 y además una consulta digital.

¿Cómo se hizo?

Entre el 10 y 26 de noviembre reunimos a 350 ciudadanos, en grupos de entre cuatro a seis personas, para conversar sobre aquello que les tranquiliza y preocupa de la situación actual de Chile.

Además, se realizó una consulta de tipo panel probabilístico sobre una muestra representativa a nivel nacional de las personas mayores de 18 años residentes en Chile, de acuerdo a los resultados de la encuesta Casen 2022 y el Censo 2017.

Detrás del diálogo

Nuestro equipo cuenta el paso a paso de este proceso de participación que ha reunido a personas de todas las comunas del país.

Presentación de resultados

Reunimos a líderes políticos, académicos y representantes de la sociedad civil para analizar las expectativas de la ciudadanía manifestada en nuestros diálogos y consulta e identificar los desafíos que representan.

Seis hallazgos

Percepciones, miradas y argumentos comunes que emergen naturalmente en la conversación.

  • La seguridad como problema y como condición de tranquilidad, se comenzó a acentuar en nuestros análisis desde el proceso constitucional de 2022. Hoy aparece un claro acuerdo en que esta es la principal preocupación de quienes viven en Chile. Temáticas que habíamos visto con frecuencia durante los últimos años como la educación, salud o pensiones aparecen relegadas a un segundo plano dada la urgencia del momento presente.

  • La seguridad marca las narrativas sobre la comuna, el barrio y la vida, definiendo la forma en la que las personas parecen estar viviendo. Los participantes sienten que el país en su conjunto está afectado y no sólo partes de él o grupos de personas en particular. La seguridad siempre ha aparecido como un tema de preocupación, pero hoy se extiende a grupos identitarios o colectivos sociales en los que habitualmente no hablaban de estas temáticas o lo hacían desde otra perspectiva, como por ejemplo, los jóvenes.

  • Cuando el concepto de seguridad es tratado a nivel local (comuna, barrio, calle) aparecen relatos relacionados con la experiencia y percepción cotidiana de inseguridad, expresados en torno a la sensación de pérdida respecto de los espacios públicos, barrios seguros y calles tranquilas.

    Así también se reporta una pérdida de espacios de recreación para niños y niñas, espacios de esparcimiento y el tránsito por lugares de libre circulación que ahora son percibidos como inseguros y que, por la misma razón, son evitados.

    Frente a esta situación, las demandas o propuestas de solución al problema de seguridad a nivel comunal giran en torno a medidas concretas como un aumento de la dotación, control y vigilancia policial. Al respecto, las ideas de las personas se pueden categorizar en tres grupos de anhelos: control, norma y castigo.

    Es decir, para algunos debe haber un mayor control o vigilancia policial en el territorio, que pueda dar una mayor seguridad; para otros, debe haber normas adecuadas que permitan a las personas tener la certeza de que los delitos son identificados y son sancionados proporcionalmente; finalmente, las personas plantean que debe haber castigos adecuados o proporcionales al daño percibido por las personas.

  • La percepción de los participantes respecto al problema de seguridad tiene como componente fundamental la relación con el extranjero. Los participantes establecen una relación directa y explícita entre inseguridad, migración irregular y ciertos tipos de delitos o conductas violentas.

    Sin embargo, esta percepción del migrante pareciera tener ciertas características. Por un lado, estaría ligada, en la conversación de las personas, a la limitada capacidad del país de acoger altos niveles de migración y a una sensación de desorden general al respecto, ante lo que consecuentemente surgen demandas de orden y control. Por otro lado, pareciera estar íntimamente ligada, específicamente, a la migración indocumentada, irregular o aquella asociada a delitos y no intrínsecamente a su condición de extranjero como tal. En mucho menor medida surgen narrativas respecto a sus diferentes estilos de vida o costumbres.

  • Como ya hemos mencionado, las respuestas son convergentes en torno a la preocupación por la seguridad o la necesidad de mayor control y vigilancia policial. Sin embargo, cuando miramos más allá de los dos o tres temas más mencionados, comienzan a aparecer algunos matices.

    Luego de la seguridad, entre las preocupaciones de los participantes aparecen aquellas relacionadas con otros aspectos de la vida como la resolución de necesidades básicas, el trabajo, el sueldo, la salud y el estado de variables económicas. En especial lo que en otros procesos hemos llamado la economía de las personas. Estas aparecen por lo general focalizadas en el bienestar de la familia como actor principal y deja en segundo plano una mirada sobre aquello que nos afecta colectivamente respecto de la mirada de futuro. Pero sí encontramos una mayor conexión del devenir económico del país con el de la ciudadanía.

  • Dado que el proceso participativo se realizó previo al resultado del plebiscito nacional del 17 de diciembre, inevitablemente surgen de manera espontánea algunas narrativas al respecto.

    El proceso constitucional surgió tanto como factor de preocupación para algunos, como factor de tranquilidad para otros, siendo dos caras de la misma moneda.

    El proceso parece ser un factor de preocupación cuando es percibido como causante de incertidumbre, generando un estado de ánimo negativo en todos los niveles (elites empresariales, políticas, ciudadanas, etc.). Pero también es valorado como un factor de tranquilidad, especialmente para quienes lo perciben como un puente, un camino, un proceso para alcanzar algo mejor.

    A pesar de estas diferencias, el principal anhelo compartido por miradas a favor o en contra, era el cierre del proceso. El que adquirió en sí mismo un valor superior a cualquier potencial ganancia. El deseo y narrativa de la conversación mayoritaria, tanto para los que funcionaba como factor de estrés como para aquellos que era factor de tranquilidad, era que el proceso terminara.

“A mí lo que más me preocupa en este momento es el aumento de la delincuencia en todas las comunas de nuestro país, nadie respeta a nadie”.

HOMBRE (69 AÑOS) CURANILAHUE, REGIÓN DEL BIOBÍO. DIÁLOGO Nº23, 11 DE NOVIEMBRE DE 2023

Testimonios de los y las participantes

“En el sector donde yo vivo no tengo problemas, pero yo creo que debería haber más control en las calles, más policías. Estoy conforme en mi comuna, pero debería hacer más seguridad”.

HOMBRE (62 AÑOS). EL BOSQUE, 
REGIÓN METROPOLITANA.
DIÁLOGO Nº16, 11 DE NOVIEMBRE DE 2023

“A mí me preocupa mucho la cantidad de migrantes ilegales y la situación que ellos viven al llegar al país. Lo que he observado es que la violencia está relacionada con la llegada de estas personas que entran de manera irregular, donde estamos viviendo tipos de situaciones que no vivíamos antes”.

MUJER (40 AÑOS). LOS VILOS, REGIÓN DE COQUIMBO.
DIÁLOGO Nº57, 19 DE NOVIEMBRE DE 2023

“Me preocupa mucho la
seguridad ciudadana, en cuanto al manejo en que están llevando los controles policiales en los distintos focos donde hay problemas como intercambio de drogas y delincuencia”.

 MUJER (39 AÑOS). LOS ÁNGELES, REGIÓN DEL BIOBÍO.
DIÁLOGO Nº55, 19 DE NOVIEMBRE DE 2023

“Me preocupa el sistema público de salud porque es muy preocupante que no haya disponibilidad de horas y las filas de espera sean muy largas. Deberían implementarse políticas públicas para mejorar el servicio de salud. También falta capacitación para los profesionales de la salud”.

HOMBRE (20 AÑOS). TEMUCO, 
REGIÓN DE LA ARAUCANÍA.
DIÁLOGO Nº11, 11 DE NOVIEMBRE DE 2023

“Yo vivo en Estación Central, donde ha habido muchos problemas con los edificios y los terminales, donde hay mucha delincuencia e inmigrantes, y durante la pandemia fue un caos. Los inmigrantes son seres humanos que merecen dignidad y no tienen dónde vivir y, si hubiese bienestar integral en Chile, podría haber una solución a ese problema”.

MUJER (58 AÑOS). ESTACIÓN CENTRAL, REGIÓN METROPOLITANA.
DIÁLOGO Nº17, 11 DE NOVIEMBRE DE 2023

Implicancias y reflexiones a partir de los hallazgos

A la luz de los resultados antes descritos, además del resultado del plebiscito nacional y considerando los procesos participativos previos que hemos realizado desde Tenemos que Hablar de Chile, creemos que aparecen algunos puntos que, si bien no surgen explícitamente o directamente de los resultados, nos presentan desafíos para el momento actual.

Aumenta el malestar

El discurso sobre seguridad muestra una profundización de la sensación de malestar, asociada a la incertidumbre de la vida. Pero la raíz de esa inseguridad ha mutado o se ha complementado a lo largo de los años con nuevas problemáticas que aquejan a las personas. Hoy se estructura en relación a la delincuencia, la migración y lo económico como pilares, pero esto no quiere decir que las otras raíces del malestar que encontramos en procesos pasados se hayan resuelto.

Aumenta la desconfianza

La problemática de seguridad también aumenta la sensación de desconfianza generalizada, no sólo respecto de la población migrante, sino de cómo nos relacionamos unos con otros. Esto también puede afectar nuestra capacidad de tratar temas y desafíos que necesariamente se enfrentan de manera colectiva.

Desafíos para
la política

Todos estos elementos presentan un enorme desafío para la política. Para algunos, la política está demasiado preocupada de enredarse en las discusiones de leyes y no lo suficiente en tomar medidas concretas que afectan la percepción de seguridad en el barrio. Pareciera que la política tiene que pensar cómo interviene con medidas que se acercan a las personas para poder despejar el camino que luego nos permitan abordar las necesarias conversaciones de largo plazo. En ese sentido, la discusión de leyes o lo que fue el texto constitucional, pueden ser percibidas como distintas. 

Soluciones inmediatas

Los problemas percibidos por los participantes cuentan con el componente común que todos ellos requieren de una solución inmediata. En ese sentido, la capacidad de pensar en desafíos que necesiten soluciones de más largo aliento y planificación se diluyen ante lo urgente. En ese sentido, se diluye la capacidad de pensar en desafíos que necesiten soluciones de más largo aliento o requieran más tiempo para planificación y reflexión. Como si se estancara cualquier conversación más proyectiva sobre el futuro, mientras no se recupera la tranquilidad en lo básico. 

¿Mano dura?

Las personas hablan de control, mano dura, decisión, valentía frente a estos temas como una solicitud de mayor convicción y claridad en las políticas de seguridad. Pero no hay consenso en qué es eso. Para algunos significa más carabineros en la calle, para otros son jueces que hagan cumplir las leyes. Para otros militarizar la seguridad. Pero también se asocia la seguridad a la vida en el barrio. En ese sentido, el espacio en que se vive es un lugar de generación de confianza o pérdida de ella. La visualidad de la ciudad es un factor importante de respuesta a la preocupación de seguridad.

Desesperanza a nivel nacional

Hay un problema complejo de desesperanza país, sobre el cual la política tiene que trabajar urgentemente. Lo Constitucional o la misma discusión legislativa se va alejando de las personas. La demanda social empieza a tomar la forma de medidas concretas, alejándose de discusiones de mayor plazo. 

Conversación atrapada

Toda las temáticas relacionadas con seguridad, orden, migración y economía de las personas capturan la narrativa de la conversación ciudadana, reduciendo la proyección sobre la vida y el país. Frente a estos temas se exigen medidas de urgencia y atención central. No obstante, la concentración en estas discusiones no elimina del todo otras conversaciones que subyacen a ellas.

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