Encontrarnos en el diálogo en un momento clave

Columna de Valentina Rosas

 

Levantar la mirada de la coyuntura y visualizar los desafíos futuros que tiene el país, es una necesidad y oportunidad para reflexionar entre distintos actores. Esa ha sido la invitación de Tenemos que Hablar de Chile a lo largo de todo el proceso constituyente y post estallido social con el objetivo de encontrarnos.

Pero había que partir por una pregunta, una que nos hiciera pensar hoy el futuro, para empezar a convivir juntos en un mismo territorio con las diferencias al centro. ¿Qué podría pasar en Chile de acá al 2030? Lo que parece una interrogante sencilla, esconde una clave relevante: No se trata de eso que nos gustaría que pasara o lo que pronosticamos que ocurra. Lo que buscamos fue construir distintos escenarios que, con base en una reflexión colectiva, dieran cuenta de historias plausibles de pasar en nuestro país en esta década.

Para conseguir esta reflexión, seguimos una metodología desarrollada por Adam Kahane y la consultora internacional Reos Partners, quiénes desde hace más de 25 años han generado espacios de diálogo en países como Sudáfrica, durante el periodo pos-apartheid, y Colombia, en un proceso que fue un paso importante hacia la firma del Acuerdo de Paz en 2016.

Luego de intensas sesiones de trabajo virtual, elaboramos cuatro escenarios posibles para el futuro del país: Promesas, Orden, Cambio y Rediseño. Estos escenarios son lo más parecido a la lógica del cambio climático, pero aplicados al cambio social y político, visualizando desafíos que nos permiten hoy prepararnos para mañana.

Elaboramos cuatro escenarios posibles para el futuro del país: Promesas, Orden, Cambio y Rediseño. Estos escenarios son lo más parecido a la lógica del cambio climático, pero aplicados al cambio social y político
— Valentina Rosas, Subdirectora de Tenemos que Hablar de Chile.

Para construir estos escenarios fue clave abandonar las banderas. Cuando entendimos que el ejercicio no buscaba hacer competir proyecciones ni ideales, sino que, construir historias que efectivamente fueran probables de ocurrir en nuestro país, el tono de la conversación cambió. No se trataba entonces de defender un escenario por sobre otro, pues ningún escenario es mejor o peor que otro y pueden pasar al mismo tiempo, por lo que el desafío era acordar elementos que son oportunidades y riesgos reales en cualquiera de los cuatro.

Este fue el motor para que junto a 3xi, Fundación Avina y Servicio País, decidiéramos reunirnos con distintas iniciativas y crear un espacio para poner a conversar a personas que piensan distinto y que viven realidades distintas. Con esta invitación, en medio de un contexto en el que se ve difícil la posibilidad de encontrarnos en el diálogo, estos actores lograron mirar cuál es nuestro próximo desafío.

Es importante tener muy claro que después de un hito importante, el 4 de septiembre, los conflictos del país no se acaban el 5 de septiembre y por ello es clave considerar los innumerables riesgos y desafíos que se abren en cada resultado.

 
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